Ansiedad, ¿Cómo puedo controlarla o disminuirla?

Ansiedad, ¿Cómo puedo controlarla o disminuirla?

Hoy me propuse hablarte de un tema cotidiano, tanto en los espacios de terapia como en la vida diaria, el tema del que hablo es la ansiedad. Muchas personas la hemos experimentado y sobrevivido sus estragos en carne propia, es una condición que puede aparecer en cualquier circunstancia en nuestra vida, es tan común como el miedo y la incertidumbre por lo desconocido.

Comenzaremos por aclarar qué es la ansiedad, en el contexto psicológico la definimos  como la anticipación a una amenaza futura que surge de la percepción de estímulos generales potencialmente dañinos.

En otras palabras la ansiedad es un mecanismo en la conducta que surge para prevenir algo, aquí hay dos elementos que necesitamos entender, el daño o amenaza que se busca prevenir, en muchas ocasiones ni siquiera es conocido por la persona que padece la ansiedad, a veces tampoco es real, por ejemplo: “voy a reprobar el examen”, “mi evaluación va a salir pésima”, “me van a correr del trabajo”, “voy a ir a la fiesta y nadie va a hablarme”, “si salgo me va a pasar un accidente terrible”, “si mi hija o hijo van a la plaza se pueden meter en problemas”, “si me hago estudios puedo salir con una enfermedad fatal”, etcétera;  y por otro lado, para que se presente la ansiedad también es necesario que exista esa «anticipación» o preocupación de la que habla la definición.

Para decirlo en otras palabras, la ansiedad surge del exceso de tiempo dedicado a pensar en el futuro incierto, en cosas que aún no suceden y que en muchísimas ocasiones ni siquiera dependen de nosotros mismos.

Las investigaciones dicen que aproximadamente el 90% de las cosas por las que nos preocupamos diariamente no van a suceder, sin embargo, a pesar de que esas cosas que nos inquietan no ocurran, estar pensando y viviendo en un estado de ansiedad ocasiona estragos en la salud mental y en la calidad de vida de las personas porque llega a afectar hasta físicamente con problemas como colitis, gastritis, incluso algunos accidentes cardiovasculares muchas veces se derivan de este mismo padecimiento.

La ansiedad es el segundo padecimiento mental más común en el mundo después de la depresión, millones de personas lo padecen en todos los países, y esta situación se acrecentó exponencialmente debido a la pandemia de COVID19.

Aquí una de las cuestiones que podrían ser más graves es que es un padecimiento que muchas veces es “silencioso” por llamarlo de alguna forma, porque por lo general las personas no vamos por el mundo platicando o compartiendo todas las preocupaciones cotidianas por la vida, es decir, vivir con ansiedad se ha normalizado en muchas culturas.

Pero ¿cómo reconocer que tengo un problema de ansiedad? Existen varios síntomas asociados al padecimiento, en lo emocional puede presentarse como nerviosismo constante, tensión, pensamientos negativos e inquietud persistente. En la parte física también puede haber síntomas como sudoración, dificultad para respirar, temblor, taquicardias, mareos, náuseas, vértigo, dolores y molestias inexplicables, colitis, gastritis, por mencionar algunos. Los síntomas físicos y emocionales que produce la ansiedad normalmente intervienen de manera negativa en el desarrollo de nuestra vida cotidiana, es decir, no nos permiten tener nuestro desarrollo normal en la vida, no podemos trabajar igual, no podemos concentrarnos, nos cuesta trabajo dormir o no logramos descansar aunque durmamos etc.

La ansiedad es un trastorno complejo porque se puede presentar de diferentes maneras, se puede experimentar miedo a diferentes circunstancias y por esto están clasificadas como diferentes tipos de ansiedad como lo son: la ansiedad generalizada, trastornos de pánico, agorafobia, fobia social, fobia específica, ansiedad por separación.

Ahora sí, cómo podemos trabajar para controlar la ansiedad en nuestras vidas, pues en realidad esto va a depender mucho de la intensidad de la ansiedad o lo severo que pueda ser el caso, es muy importante que cuando se detectan síntomas de ansiedad se busque ayuda terapéutica, ya que este trastorno también tiende a escalar y convertirse en algo más serio, normalmente existe un gran porcentaje de éxito cuando se trabajan los casos en terapia, sin embargo también es cierto que cuando es muy grave es necesario incluso el uso de medicamentos psiquiátricos para poder continuar con la vida cotidiana mientras los pacientes aprenden a hacerse cargo y controlar de manera efectiva los síntomas.

Podemos hablar de algunos indicadores que nos pueden servir para reconocer estas situaciones de ansiedad en nosotros. En primer lugar es necesario entender y reconocer qué es lo que me está causando ansiedad, es decir, comprender concretamente el posible daño que genera preocupación, ejemplos “hay un recorte de personal y puedo salir seleccionado”, “tengo un examen y puedo reprobarlo”, “estoy enfermo y puede ser grave”.

Una vez entendido eso y habiendo reconocido la preocupación que se vive, se pueden definir con más claridad las posibilidades de que ese daño realmente ocurra, para esto es necesario recurrir a un análisis profundo de la situación utilizando toda la honestidad que se pueda. Aquí las respuestas de mis pacientes muchas veces son algo parecido a esto “es que yo sé que no va a pasar, o que la posibilidad es remota, pero de todas maneras me siento con angustia”, y esto es muy real, el miedo o angustia existen, y sin embargo podemos trabajar con ello y a continuación les ofrezco más detalles.

Si la ansiedad es tener miedo y anticiparse a un daño que aún no existe,  para encontrar la paz es necesario mantener pensamientos constantes en el presente, en lo que sí es real, en lo que sí se puede ir resolviendo, dando un paso a la vez y enfrentando poco a poco eso a lo que se teme, ejemplo “voy a hacerme los estudios, si algo sale mal voy a acudir con el especialista experto para seguir sus indicaciones”, “voy a hacer mi autoevaluación y revisaré los puntos que me piden en mi evaluación mensual para conocer mis áreas de oportunidad” “mi hija está enferma, vamos a tratar sus síntomas como me dijo su doctora y si algo cambia para empeorar entonces tomamos la decisión pertinente”.

Suena sencillo, sin embargo puede ser complicado concentrarnos sólo en lo que podemos resolver y esperar hasta que todo lo demás se vaya desarrollando sin estresarnos o angustiarnos, eso si es un reto mayor, principalmente porque hemos aprendido a vivir y pensar constantemente de manera ansiosa, preocupándonos por cosas que aún no ocurren y dejando volar nuestro pensamiento hacia las situaciones negativas que pueden ocurrir, en lugar de concentrarnos en lo que podemos ir resolviendo poco a poco. Para lograrlo es necesario practicarlo constantemente, dicho de otra forma, cuando nuestra mente y cuerpo nos lleven hacia la ansiedad necesitamos volver a reconectar con el  presente y con lo que sí se puede resolver en el momento.

Es difícil llevar a cabo todos estos procesos por nuestra cuenta, porque estamos habituados a pensar de manera ansiosa, sin embargo el cambio es posible con un proceso adecuado de terapia, que nos permita trabajar en nosotros mismos, reflexionar acerca de nuestra realidad y confrontar nuestros propios miedos para hacer cambios positivos en nuestro propio contexto y seguir creciendo.


Gracias por estar en esta publicación conmigo 😊❤️

Psic. Monica Acosta
Psicóloga Clínica Licenciada

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